Título: Yo robot
Autor: Solange Aldana Fernández Aguilar
Categoría: 1ro-3ro de secundaria
Colegio: San Martín de Porres
Dato de contacto: solsito_bbita@hotmail.com
Yo robot
Había una vez un concurso de astronautas donde tenían que responder las preguntas que le hacía el jurado. Solo podían ganas dos personas, iban a ir junto con un robot hecho por los humanos al planeta Marte.
Llegó la hora de elegir a los ganadores, uno de ellos se llamaba Luigi y el otro se llamaba Mario.
Cuando estaban preparando la nace para poder viajar, sus esposas lloraban, los hijos no se daban cuenta lo que pasaba, como eran tan pequeños. Pero ese era el sueno que tanto esperaban, ser las primeras personas que van a un planeta sin oxígeno. Cuando despegó la nave, el robot empezó a funcionar, era una máquina que hacía todo lo que le pedían.
¡Llegaron a Marte! Al pobre robot lo maltrataron. El robot tenía que grabar todo lo que pasaba. El robot repetía y repetía: Yo cuidaré de ustedes, yo cuidaré de ustedes. Pero sin embargo Luigi y Mario le decían: Deja de decir estupideces y ponte a grabar todo.
Estaban dos semanas en Marte y ya se acaba la comida y el oxígeno. Tenían una conexión con la Tierra pero se malogró.
Y la base general y los familiares de los astronautas creían que ya se habían muerto.
El robot empezó a buscar metales para poder derretirlo y convertirlo en agua para los humanos y como no encontraba más metales se comenzó a sacar los metales de a poco de su cuerpo. Luigi y Mario dijeron: Por qué nos ayudas si nosotros te hemos tratado mal. El robot dijo:
-Yo quiero tener sentimientos. Yo quiero tener corazón.
Y Luigi y Mario lo vieron sorprendidos, mientras sus fuerzas se acabaron, el robot solo se desvivía por atenderlos, el robot se encargaba de darles de comer, de acobijarlos y darles calor y luz, el robot perdía energía y se desgastaba de a poco por tratar de que Luigi y Mario puedan sobrevivir.
Una noche cuando el robot se dio cuenta que ya no contaba con piezas que pudiera sacar para poder brindarles ayuda Luigi y a Mario, decidió sacarse una pierna. Empezó a derretirla y transformarla en alimento para sus queridos amigos. Al día siguiente en la mañana Luigi y Mario despertaron, vieron al robot sentado al lado de ellos como siempre dándoles otra vez el calor, los alimentos, el oxígeno necesario para poder sobrevivir. Y cuando le pidieron que se levante se dieron cuenta de que no tenía una pierna. Le preguntaron ¿Tu pierna? ¿Qué hiciste? Y el robot como respuesta sólo bajo la mirada. En ese momento Luigi y M ario se dieron cuenta de lo mal que habían hecho, que se llenaron de ambición y solo vieron llegar a la fama. El robot les demostró que tenía más corazón que cualquiera y que no era una simple máquina de circuitos, ahora ya con esto ya habían formado una amistad entre los tres.
El robot veía la preocupación de sus amigos por su familia y una noche mientras dormían, el robot sacó parte de sus circuitos y creó un transmisor para poder comunicarse con la Tierra, la familia y la base de astronautas. El robot escuchaba la conversación que tuvieron con sus esposas e hijos que les pedían que regresaran. Pronto también le decían que los extrañaban. El robot se llenaba de tristeza, mientras en la base de astronautas dijeron: Para hacer que la nace vuelva a funcionar saquen una batería que está incorporada en el cerebro del robot y colóquenla en la nave, con eso funcionará y podrán regresar a la Tierra. La base de astronautas había puesto para esos casos de emergencia. Cuando se corta la comunicación se quedaron otra vez solos los tres. Se veían las caras y de pronto el robot dijo: Tienen que sacarme mi batería central para poder hacer que su nave funcione. Háganlo por su familia. Pero Luigi y Mario no tenían corazón para hacer eso, ellos sabían que después de sacar la batería, el robot dejaría de funcionar, y se decidieron a no hacerlo.
Ora vez el robot les dio la lección más grande de su vida. Mientras dormían Luigi y Mario, el robot sacó su propia batería, la dejó al lado de ellos y junto con una grabación que decía” Queridos amigos, no sé si fue Marte o que estar con ustedes por un tiempo me sentí un humano más, sentí amor, sentí un corazón y fui feliz. Acá les dejo este corazón que será el instrumento que les permita regresar con sus seres queridos. Muchas gracias por ser amigos míos, los quiero. ¡Yo robot!
Los astronautas, mientras escuchaban la grabación, botaban lágrimas por sus ojos y le dieron gracias de corazón. Gracias por enseñarnos el sentido de la amistad. Tomaron la batería, la pusieron en la nave y regresaron a la tierra. En Tierra contaron lo sucedido y cómo un robot les devolvió la vida. Cada uno vive feliz con el recuerdo y su familia.