"Estoy sentado en las orillas del río. En un momento como este es importante cerciorarse de la memoria. Demasiados pensamientos pueden aparecer, demasiados pueden perderse en el olvido". Es para no frustrar la memoria que Francisco Mariotti crea sus esculturas en espacios públicos donde la naturaleza aún pervive o donde se recrea a través de "jardines cuánticos" en los que tintinean luciérnagas eléctricas fabricadas con la tecnología de un led y unos cuantos conductores.
Estos fueron los conceptos sobre los que orbitaron los participantes del taller de intervenciones artísticas biotecnológicas que durante tres días se llevó a cabo en los ambientes de Escuelab.
En él, Mariotti amplió la visión de cómo el arte puede relacionarse con la naturaleza, el espacio público urbano y la tecnología, sin que uno excluya al otro ni se contradiga conceptualmente.
Las dos primeras sesiones proliferaron de ideas, estrategias y dificultades que se presentan para aquellos que se arriesga a desarrollar este tipo de proyectos. Para la última sesión, los participantes tuvieron la oportunidad de llevar a la práctica estas ideas y, tan solo con tarjetas musicales, pequeños leds y paneles solares, pudieron crear un ensamble musical en los que la luz de los leds hacía las veces de input al alterar la temperatura de los paneles lo cual era convertido en notas musicales.
Toda una aventura que de seguro pronto fructificará en algún jardín no muy lejano.