Título: El niño que creció con su robot
Autor: Nadia Alejandra Herrera Quintana
Categoría: 1ro-3ro de secundaria
Colegio: Colegio Americano de San Borja
Dato de contacto: na-girls-30-94@hotmail.com
El niño que creció con su robot
Cuenta la historia que había un niño que desde muy chiquito
se crió alejado de sus padres, como sus padres nunca tenían tiempo para el
niño, decidieron comprarle un robot, el cual se llamaría “Hermes el robot”. El
niño emocionado se crió con su robot y fue así como se hicieron buenos amigos,
el niño le contaba todas sus cosas. Había tanta confianza en su robot que en
sus padres. Mientras pasaban los años, el niño crecía más y ya dejaba de ser
niño, sino ya un adolescente.
Su robot tanto lo estimaba hasta que se convirtió como su
mejor amigo y todo se llevaba muy bien, siempre hablaban muy a menudo de sus
cosas que le pasaban. El robot era padre, madre y mejor amigo del adolescente.
Cuando se sentía mal, siempre acudía a su robot. Lo llegó a estimar muchísimo,
el robot amaba al niño y el niño al robot.
Pasaron los años, el niño que un joven. Ya iba a estudiar en
la universidad, cuando sus padres regresaron de viaje, le preguntaron que si
quería ir a estudiar a otro país y a venir a vivir con ellos. Pero como se
había acostumbrado él con su robot para él era imposible vivir con sus padres
sin tener a su robot a su lado.
El joven llegó un día a su casa, pero no encontró a su
robot. Todas sus cosas estaban empacadas y no veía a su amigo el robot. Buscaba
por toda la casa, bajo lo más profundo de su casa, que era el sótano y ahí
estaba su robot, apagado el muy triste. Lo prendió y le dijo: “Yo sé que tu
eres una computadora, que solo está programada para ser un robot. Pero eso no
me importa, porque te convertiste en mi mejor amigo, para mí fue un privilegio
haberte considerado un miembro una parte de mi corazón. Lástima que ya crecí y
soy un joven. Tengo que estudiar, pero jamás, recuérdalo, me olvidaré de ti.
Tengo la esperanza de que así no quiera mis padres que te lleven conmigo. Yo
vendré por ti porque eso hacen los amigos. Jamás dejan a otro al lado”.
El joven encendió su robot y lo programó unas palabras muy
hermosas que nunca se le olvidarían. “Los mejores amigos nunca te dejan,
siempre están, en las buenas y en las malas contigo y tampoco se fijan de tu
apariencia, así seas lo que seas, tu siempre serás mi amigo”.
Entonces el joven se fue y les dejó programado ese mensaje
de aprecio. El robot seguía haciendo las cosas de la casa, limpiando,
ordenando, etc. Pero también extrañaba mucho a su mejor amigo. Después de un
largo tiempo, el robot regresó hacia el joven y se quedaron a vivir para
siempre con su mejor amigo.