Cuento: "Lover 1" de Karla Pedraza

Título:La robot del amor

Autor: Karla Pedraza

Categoría: 1º - 3º de secundaria

Colegio: Buen Pastor de Los Olivos

 

Lover 1: La robot del amor

Prefacio-Introducción

La idea de que robots y humanos convivan en un mismo mundo como algo común y nada fuera de lo normal puede parecer de un futuro muy lejano aún. Para suerte de algunos, esta idea no parece ser muy lejana, ni siquiera lejana. Para unos pocos esa idea es el presente y realidad. Ellos saben lo que muchos ignoran: los robots viven entre nosotros. Aunque no lo sepan, se comportan como gente como tú y como yo. Esta es la historia de Kaede, una chica robot con una mentalidad humana y un pasado inhumano que sin querer se enamoró.

Capitulo 1

Cargando…cargando…carg…

-¡Kaede! Ya tenemos que irnos, es tarde. Deja de cargarte-dice Juth “despertándome”. Me paro y cambio a la velocidad de la luz.

-Oye Juth, ¿estás muy nerviosa no?- le dije.

-Sí. Hoy es el primer día de clases y estoy segura que la pasaremos súper bien. Ven, vamos a comer.

-Este…

-Bueno, bueno, acompáñame a comer-dice y me lleva hasta la cocina.

Juth es una chica muy alegre últimamente. Su lacio y rubio cabello a veces no deja ver su piel clara y sus ojos almendra.

Yo en cambio tengo la piel bronceada y soy más alta que ella por dos centímetros. Mi cabello es castaño y ondulado, mientras que mis ojos son color chocolate. Me alegra que, en todo este tiempo, me haya ganado su aprecio y cariño. Cuando el doc me trajo de Vietnam y me presentó a su hija como la persona a la que yo protegería, ella no dejaba de tratarme mal y decirme lo insignificante que era un robot. Poco a poco he logrado ser su amiga.

El doc entra en la cocina, coge un pan y se sirve café.

-Hola hija. Buenos días Kaede- dice dándonos un beso en la mejilla a cada una. Mira su reloj- Es tarde, me tengo que ir- sale disparado de la casa.

-Demonios, nosotros también tenemos que irnos al colegio.

Capitulo 2

-Kaede, despierta, la profe está hablando- susurra Juth en mi oído.

-Ah sí, claro. Perdón.

-No hay problema.

-Bienvenidos a un nuevo año escolar, espero que comiencen con el pie derecho y se reivindiquen a tiempo- dijo mi nueva tutora, la profesora Keller- En esta sección solo hay un alumno nuevo, él es Fernando Lombardi.

Fernando es alto y de piel cobriza, cabello castaño y un poco largo. Sus ojos son de color café y posee una mirada segura. Tiene una sonrisa amigable. El era realmente apuesto.

-Siéntate en el lugar de Juth, Juth, tú pásate al costado de Christofer.

Hacerse pasar por humano es fácil. Hasta tengo apellido: Verona. Supuestamente soy una huérfana sobrina del doc y prima de Juth. Tenemos el mismo apellido. Incluso mi vocabulario es algo semejante a mi “aparente edad”, ya que doc me cambió ese chip, aunque claro, no hablo tanto como ellos. Espero que ese tipo no intente ligar conmigo. No me da mucha gracia los métodos de enamoramiento humano. Porque por más lindo que parezca, cualquier tipo de relación extra-amical sería…imposible.

-Hola, mucho gusto. Bueno, creo que ya sabes mi nombre- guau, su sonrisa es realmente encantadora…mejor pienso en otra cosa. Él se me queda mirando.

-¿Qué?- le digo exasperada.

-Tú nombre. No me has dicho tu nombre.

-Ah, soy Kaede.

Capitulo 3

-¡Oye Kaede! Te tengo un regalo- dice Fernando con dulzura.

Han pasado cuatro meses desde que lo conocí y no dejo de sentir que tengo corazón cada vez que siento que mira o me sonríe.

-¿Qué podrá ser?- digo dramática.

-Tienes que cerrar los ojos.

Esta es la tercera vez que tenemos una cita y, aunque ya somos novios, no se ha atrevido a besarme en los labios.

Hasta ahora no entiendo como acepté su invitación a la primera cita. Supongo que es porque no podía evitar tener tanta curiosidad por él. Cierro los ojos haciéndole caso. Él me da un beso en la mejilla.

-Ahora abre los ojos- frente a mi había una pulsera metálica con decoraciones y una parte de vidrio. Se podía estirar como una liga y tiene grabado dos letras: la K y la F- ¿Te gusta?

-Guau. Es tan bonita…

-Tú también tiene un rastreador. Cuando me necesites, solo tienes que apretar este botón y estaré ahí.

-Creo que va con mi estilo.

-Gracias- se me quedó mirando fijamente.

-¿Qué?- le pregunto.

-Nada, solo…- Fernando se acerca lentamente hacía mi. Comienza a mirar mis labios y yo miro los suyos. Me preocupa el beso. Para los humanos, besarse es algo que saben por naturaleza. Le quería preguntar al doc si eso está en mi disco duro, pero pensé que jamás me atrevería. Cada vez se acerca más y más…

Por detrás de él aparece un tipo que se me hace conocido. Me produce  mucho temor. ¡No, no puede ser. ¡Él es nigger! Mi antiguo jefe allá en Vietnam. Creí que estaba muerto. Parece que está buscando a alguien. Automáticamente me escondo detrás de Fernando.

-¿Qué pasa? – masculla preocupado.

-Vámonos de aquí, ¿sí?- digo aún más preocupada.

-Ya, pero…

-Vámonos.

Lo tomo de la mano y me lo llevo hacia el lado contrario a Nigger. Giro en una especie de esquina.

-Hola CSO1- dice Nigger frente a mí.

-Nigger- alcanzo a decir.

-¿Qué? ¿Ya no me dices señor?

-Para mí solo eres un asqueroso y repugnante- él levanta la mano para golpearme.

-Tío, no la toques- Fernando no parecía entender mucho, pero estoy segura que no dejaría que me golpearan. Tonto, sólo se expone. Esperen, ¿tío? Entonces Nigger es su maestro de robótica, del que tanto habla.

-Tú no te metas- le dice Nigger.

-No voy a dejar que intentes golpear a mi novia.

-¿Tu novia? Ja, ja, ja. ¿Qué? ¿Acaso no le has dicho lo que eres? Muy mal CSO1, o creo que tienes un nombre ¿no? Hasta tienes apariencia de una chica de 15 anios. Claro, así pasas desapercibida. Vas como una humana a la escuela y estás en tercero.

-No hagas esto, Nigger- le susurro.

-¿Qué demonios pasa aquí?- grita Fernando.

-Déjame explicarte mi querido sobrino. Hay un pequeño detalle que tu amada novia no te ha contado. Ella…es un robot. ¡Un robot!

Esas palabras rebotan en mis oídos sin parar. La agria realidad se saborea en mi mente. Fernando sabe la verdad.

-¿Qué? ¿De qué hablas?- dice confundido. Se voltea para mirarme- Kaede, dile que es nent…

Yo me quedo mirando el al suelo.

-¿Kaede? Responde.

-¡Ay maldita sea!- dice Nigger tomándome el brazo, saca una navaja y me corta la palma de la mano, se la muestra a Fernando. No hay, no hay nada, solo asquerosos chips. No pude desactivar ni separar la sensación del dolor.

-Ay.

-No es posible- musita Fernando huyendo del centro comercial.

¿Cómo todo ha podido cambiar tan rápido? Yo me encontraba tan feliz y ahora estoy secuestrada por el idiota de Nigger. Lo más probable es que me borre la memoria. No, yo no quiero olvidar. Ha pasado una semana desde que Fernando se enteró de todo: Yo, la robot CSO1, fui creada en Japón. Nigger me robó del laboratorio y me uso en la guerra como soldado. El doc me encontró y me reprogramó para ser amiga de su hija, Juth. Fernando me dijo asesina y muchas de esas cosas feas de las que no pude defenderme. No logro recordar si mate a alguien en combate. Desde ese entonces no hemos hablado.

Nigger aparece de la nada.

-Llegó la hora nena, te vamos a borrar tu linda memoria- No, no, no. Solo hay algo que puedo hacer. No creo que venga, pero no pierdo nada con intentarlo. Apreto el botón de mi pulsera. Nigger tarda 10 minutos en prepararse.

-Listo- me voltea y con una tijera corta l aparte de atrás de mi cuello. Coje una pinza y saca un chip- 5, 4, él no vendrá, 3, 2, 1…0.

Capitulo 5

Kaede, Kaede. Tienes que recordarme. Soy Fernando ¿me oyes?- Aparece un joven frente a mí, pero mi visión está algo borrosa. Mejorando visión, ajustando… Su cara se me hace conocida.

-Oye, confía en mi ¿si? Te voy a poner un chip que te devolverá la memoria.

-Pero yo recuerdo.

-¿Si?

-Sí. Estuve en la guerra- el joven baja la cabeza decepcionado.

-¿Tú mataste a alguien?

-¿Eh? No. Solo dejaba inconscientes y los devolvía a su país- su rostro se muestra aliviado. Tiene una linda sonrisa. Me voltea y coge una tijera.

-Hey ¿qué haces?

-Solo confía en mí- por alguna razón extraña sí confío en él.

-Está bien- me coloca el chip.

-¿Ya?

-Sí. En estos momentos deberías de estar recordando.

-Pero no pasa nada- Esperamos cinco minutos.

-¡Maldita sea, tienes que recordar!- sus ojos están brillosos- Una reacción fuerte, tienes que tener una reacción fuerte.

-Fernando ¿Qué haces aquí?- dice  Nigger- ¡Guardias!- Fernando me desata- ¿Sabes pelear? – me pregunta.

-¿Qué si sé pelear? He estado en la guerra chico.

-Entonces tú por la derecha y yo por la izquierda ¿vale?

-Ok.

Comenzamos a golpear a los robustos guardianes. Fernando toca algo en su brazo y automáticamente salen flechas paralizadoras de su puño.

-¿Qué, creías que eras la única?

-¿Eres robot?

-No, solo mi brazo ¿Ya me recordaste?- hablamos y peleamos a la vez.

-¿Qué se supone que tengo que recordar?

-Al doc, Juth, a mi. Recuérdame a mí. Soy tu novio Kaede. Así te llamas, Kaede. Y yo…yo era tu novio. Y quiero volver a serlo.

-Yo…-ya no queda nadie, sólo Nigger. Fernando se voltea y me mira.

-Recuérdame, Kaede. Recuérdame- él se acerca y de pronto pone sus labios sobre los míos. Yo…no puedo pensar ni analizar. Tengo corazón. Yo, ¡lo amo!

Nigger se acerca para darle un golpe a Fernando. Yo lo detengo tomándolo del cuello y mandándolo a volar. Nigger idiota.

-¿Recuerdas?

-Claro que recuerdo, todo. ¡No maté a nadie en la guerra! Viniste por mi y al fin te atreviste a besarme- Fernando se sonroja.

-Mejor vámonos de aquí.

Espero que todo sea como antes. Quiera o no tengo una vida. Tengo al doc, que es como mi padre, a Juth que es como mi hermana y a Fernando. No me importa lo que sea él para mi, solo que esté a mi lado. Al final, nadie sabe lo que le tiene deparado el destino.